Nueva visita de la banda de Mr. Ian Anderson con el sugerente reclamo de "Los Años Progresivos".
Agotadas las entradas, me aventuré sin reserva ni entrada con la suerte de encontrarme con Víctor, un joven proveniente de la "Tulliana" ciudad de Budapest, a quien le sobraba una localidad que pagué complacido. Nos situamos en nuestra cómoda butaca del anfiteatro, lejana del escenario pero con buena panorámica. El concierto comienza puntual apareciendo entre ovaciones Ian Anderson con su guitarra acústica tocando las primeras notas de Thick As A Brick. Hacía ya tiempo que teniamos asumido que Anderson había perdido su voz hacía décadas por lo que apenas esboza las letras. Por lo demás, todo suena impecable. Los músicos que se van sumando al escenario son los ya veteranos del Tull del siglo XXI: John O'Hara (teclados), John Goodin (bajo), Scott Hammond (batería) y el prácticamente debutante Joe Parrish-James a la guitarra supliendo al reciente Florian Opahle. Magníficos músicos aunque muy estáticos en escena, nada de la teatralidad y el gusto por las pantomimas de antaño entre Ian y Martin Barre, Dave Pegg, John Evans, Jeffrey y demás. Toda la atención visual recaía en la pantalla gigante del fondo, que proyectaba imágenes alusivas a cada tema, como los clásicos Nothing is Easy, Living in the Past o un pulcro Bouree. Pero...¡un momento! ¿no se trataba de la gira "The Prog Years"? Muchos esperábamos canciones de Minstrel In The Gallery o Songs From The Wood, que brillaron por su ausencia. Sí se incluyeron temas de discos modernos como el Hunt By Numbers de Tull.com o un cautivador Dangerous Veils de Roots To Branches...¡Un segundo! ¡He dicho modernos! Si casi han pasado 25 años de su edición. En fin, el tiempo es relativo con bandas como Jethro Tull. Del LP A sonó Black Sunday, donde el guitarrista, Joe Parrish-James cantó algunos versos, así como en Dark Ages, uno de los mejores temas del concierto, con un excelente O'Hara al piano. Me sorprendió la inclusión del clásico de Gabriel Fauré "Pavane", incluido en el álbum navideño y que Ian presentó como un cruce de flamenco-español, música francesa y él mismo. Hubo un recuerdo para Thick As A Brick 2, con un rockero Banker Bets, Banker Wins. Hubo un intermedio de 15 minutos para visitar el puesto mercantil que sólo ofrecía camisetas (pequeñas) y ningún cd o dvd para nuestra colección. El concierto siguió con un intenso The Class o un clasicazo My God con Ian al máximo a la flauta. En la recta final un desdibujado Aqualung, muy cambiado para terminar con unas versiones más fieles de Locomotive Breath y el instrumental Dumbusters March con la pantalla mostrando banderas de diversos paises del mundo ¡salvo del país anfitrión! No sabrían cuál poner...Gran ovación para Ian Anderson y sus Tull del siglo XXI y su concierto con repertorio variado y con gratas sorpresas, no exáctamente progresivas.
Paul Martín Simón Febrero 2020
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